Perdón, fue mi error, ¿cómo puedo repararlo?4/4

Conversar sobre el perdón y la gestión del error en las organizaciones me ha llevado a considerar que los cambios profundos en la cultura y los fenómenos de éxito nacen siempre de la pasión y de la inspiración.
Esta noche del viernes, casi madrugada del sábado continuo parafraseando a Seidman y utilizando alguna de las metáforas que pueden leerse en su libro “How". ¿Habéis participado alguna vez del fenómeno de la ola que puede verse en los campos de fútbol y otros eventos deportivos?.
“Si consideramos la ola como una proceso de esfuerzo humano, nos damos cuenta inmediatamente que cualquier persona puede empezar una”
“No tenemos que ser los dueños del estadio, los más ricos o los más poderosos, es realmente un acto democrático”.
Vamos a ver si soy capaz de transferir las olas al territorio de las organizaciones. Para ello os propongo ver el siguiente vídeo:
Estas olas nacen desde el cómo hasta el qué. La ola empieza actuando con intensidad sobre las personas que le rodean. De igual modo, las organizaciones pueden construir sus propios “estadios” que permitan que alguien pueda iniciar una ola.
“En el mundo de los negocios, las empresas que viven en un éxito duradero, tienen algo que ocurre en su interior, una energía, algo parecido a una ola”.
¿Qué considero que pueda ser iniciar una ola?. Todo aquello que tenga que ver con integrar valores en nuestras prácticas cotidianas. Por ejemplo, en el plano de las conductas (especialmente de los líderes): ofrecer lo mejor de sí, preguntar más y proponer menos demostrando honestidad, ofrecer alternativas en vez de caer en la queja y el vicitimismo, identificar y gestionar las propias emociones poniéndolas encima de la mesa, ser coherente con el ejemplo, hacer algo diferente y eficiente por su equipo o departamento o por los clientes, como verbalizar las palabras mágicas "lo siento"; en el plano de los sistemas o estructuras que regulan la gestión: instaurar sistemas de acogida o salida, de desarrollo de personas, de retribución, de promoción interna, de evaluación del desempeño, sistemas de atención al cliente, sistema de comunicación interna, sistemas productivos... etc. alineados con los valores deseados; y, por último, no olvidar que existe otra fuente de mensajes que crea una nueva cultura organizacional basada en valores es que se instauren ritos, nuevos hitos, historias de héroes, símbolos, anécdotas relevantes en coherencia con los cambios que se desean.

Un cordial saludo.

Creative Commons License

Comentarios

Jota ha dicho que…
¡Qué bueno el video! y la metáfora...pero quien se atreve a ser el primero, y si no te sigue nadie, y si te encuentras que tratas de traccionar y no hay quien te siga, y si haces el ridiculo...

Vale ya se lo que me vais a decir ... y si me quedo sentado y haciendo lo de siempre seguro que nada cambia....
Moi ha dicho que…
Me encanta Dov Seidman. Como leia anteriormente en tu otro post, Uve, al hablar de la transparencia, trabajamos en empresas de cristal, visibles y expuestos a los ojos y oidos de todo el mundo. Por lo que los cómo hacemos las cosas, cómo construimos confianza, cómo colaboramos, cómo lideramos, y cómo decimos que lo sentimos, forma parte de la diferencia de nuestra competencia.

Un saludo.
Loulou ha dicho que…
Como en la metáfora del muchacho bailando y las personas que le siguen y alimentan el cambio, pareciera que el comportamiento o el COMO como dice Seidman, pueda ser la fuente de la excelencia y la ventaja competitiva. Me ha gustado el desarrollo de estos cuatro articulos.

Un abrazo
Visi Serrano ha dicho que…
@Jota: tiempo sin leerte, como era esa frase de Gandhi que está popularizando Obama? ¡se el cambio que deseas ver en los demás!. Saludos, gracias por tu tiempo.

@Moi: la diferencia va estar no en el producto o servicio, y si en las personas como dices, y además en esta era de transparencia...se van a forrar las empresas de borrado de la huella digital!

@Loulou: ¿cómo estás?. Cuando preguntamos cómo muchas veces nos responde qué estamos haciendo, y creo que una cosa no tiene nada que ver con la otra. Por eso repito, ¿cómo estás?. Saluda David y a los peques.